Aprender a ignorar es un pilar para la felicidad
Definitivamente a lo largo
de nuestras vidas se presentan en nuestro camino situaciones difíciles,
personas complicadas, momentos de los cuales queremos sencillamente escapar y
muchas veces la atención que le damos a estas cosas circunstanciales determina
en gran medida qué tan lejos o cerca estamos de un estado de paz y de
tranquilidad.
Aprender a ignorar no quiere
decir que nos convirtamos en indolentes, en personas cobardes que le dan la
espalda a todo lo que le deberían hacer frente, dejar nuestras
responsabilidades a un lado o descartar a algunas personas porque nos generan
alguna incomodidad. Aprender a ignorar será una poderosa estrategia que
podremos utilizar en nuestra vida cada vez que estemos en una situación que
amenace nuestro estado natural de armonía.
La idea es ser equilibrados
y ecuánimes ante las diversas situaciones y no permitir que estas nos afecten en
gran medida, no permitir que nos hagan perder el control y mucho menos que nos
hagan infelices.
Qué es lo primero que
debemos aprender a ignorar? Nuestros pensamientos negativos. Definitivamente
son ellos los que nos hacen la vida triste, los que nos hacen encolerizar y nos
hacen sentirnos desdichados en muchas ocasiones, al hacer esto, sencillamente
restamos fuerza a situaciones desagradables que la mayoría de las veces solo
ocurren en nuestra mente y podemos ver la vida con un cristal más justo.
Una vez que tenemos el
control sobre nuestros pensamientos y podemos ignorar esas nubecitas negras que
se pasan sobre nosotros y quieren derramar toda una tormenta imaginaria,
podremos fácilmente ignorar el resto de las situaciones que nos afecten y que
de alguna forma no ganemos nada teniéndolas o haciéndolas presente en nuestras
vidas y lo más probable es que no sea necesario, ya que al controlar nuestros pensamientos y filtrarlos
consciente y deliberadamente veremos cómo todo lo demás comienza a resolverse.
Mientras más pensemos en un
problema, en una persona que nos molesta, en una situación que creemos fuera de
nuestro control o en algo que nos genera cualquier emoción o sentimiento
negativo, más problemas nos dará. Nuestra mente tiene el poder de complicarlo
todo, pero cuando logramos que funcione como nuestra herramienta constructiva
en lugar de destructiva, contaremos con el principal recurso para acercarnos a
nuestra felicidad.
Teniendo una mente clara y
limpia en pensamientos tóxicos tendremos mayor criterio para filtrar lo que
entra y sale de nuestras vidas, para prestarle o restarle importancia y
atención a una situación y tendremos en consecuencia un entorno que esté
alineado con nuestro interior, con un nivel de consciencia que nos permita
construir la vida que queremos, rodeados de lo mejor y más conveniente para
nuestro desarrollo y nuestro bienestar.
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