Aprende a marcharte, sin humillarte
Definitivamente lo menos que
uno cuando ama a otra persona, es retirarse y aceptar que no tenemos cabida en
la vida de alguien como nos gustaría, sin embargo, en algunas ocasiones esto no
es opcional, es obligatorio, para preservar nuestra dignidad, no es orgullo es
simple y sano amor propio.
Muchas veces queremos e
intentamos agotar los recursos, forzar las cosas, tratar de demostrar que lo
que ofrecemos es en beneficio de dos, sin embargo, por diversos motivos esto
puede resultar insuficiente y hasta incómodo para quien está del otro lado de
la historia.
Las relaciones son de dos, y
basta con que una de las dos personas no quiera seguir adelante o darnos una
oportunidad para entender que no debemos seguir invirtiendo nuestras energías
en ello.
Es cierto que algunas
conquistas pueden ser difíciles, que luego de intentarlo se puede lograr un
objetivo específico, pero debemos tener claros los límites. Una vez que se
atente contra lo que nos hace bien, deja de ser sano, y aun cuando se consiga
lo que se estaba buscando quedará el sabor amargo en la boca de haber hecho más
de lo debido para conseguirlo.
Cuando alguien tiene
sentimientos positivos hacia nosotros, no permite que nos humillemos, que
perdamos nuestra esencia por conseguir ocupar una posición en su vida. Así que
si esto ocurre hay dos personas que no nos quieren lo suficiente: quien
queremos tener a nuestro lado y nosotros mismos.
Es muy triste colocar el
amor hacia otra persona por encima del nuestro. En algunas ocasiones, cuando se
trata de un proceso de reconquista podemos sentir que hemos cometido tantos
errores, que hemos fallado tanto, que cualquier esfuerzo estará justificado,
pero sin embargo, aun cuando nos parezca necesario tomar muchas acciones que
nos ayuden a encursar las cosas de una manera que nosotros consideramos
conveniente, se deben establecer fronteras, delimitar acciones que nos permitan
preservar nuestra integridad.
Es una pena perder a
alguien, más cuando tenemos gran responsabilidad, es una pena no lograr
conquistar a aquella persona que en nuestros sueños encaja perfectamente con lo
que deseamos, pero es necesario ponernos la mano en el corazón, reconocer
nuestros errores, reconocer que no todo lo que pensamos es para nosotros, está
al alcance, aceptar y continuar.
Demos siempre lo mejor de
nosotros en todas nuestras relaciones, pero al momento de amar, recordemos que el amor por nosotros
es el más importante y el que definirá cómo nos amen los demás.
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