El amor en la familia, un valor que se construye
La familia, tema en el que trabajo con
total pasión y convicción, desde hace varios años, fue el tema a celebrar en el
Quindío durante esta semana. Este es un buen motivo para reflexionar en la
relación que tenemos con nuestras familias y cómo éstas pueden ayudarnos a
enfrentar el diario vivir y a actuar con determinados valores y costumbres.
En la familia se produce una gran parte de
los “insumos” emocionales que necesitan las personas para el desarrollo
pleno de sus capacidades, habilidades y potencialidades. El amor, la
protección, la identidad, el sentido de pertenencia, entre otros. En su
interior se construyen los más fuertes vínculos de afecto, que son la base del
bienestar emocional de sus miembros.
Desde la familia es posible estimular la
solidaridad, la tolerancia, la aceptación de la diferencia y el respeto mutuo.
Es un amortiguador en los tiempos difíciles y una fuente de apoyo y
acompañamiento en las transiciones de la vida.
La familia sigue cumpliendo, a pesar de las
crisis y los cambios, una compleja y minuciosa labor de formar a sus miembros
para vivir en sociedad, transformar su entorno y construir un mundo mejor.
Podemos concluir que la familia es el ámbito más deseable para crecer.
El buen funcionamiento familiar depende de
muchos aspectos como las diversas maneras de enfrentar y resolver los
problemas, la expresión de sentimientos, la comunicación, el ejercicio de la
disciplina y, las posibilidades para que dentro del marco familiar, cada uno de
sus miembros construya un proyecto de vida propio.
Este propósito debe orientarse a enriquecer
las relaciones familiares estableciendo formas de interacción, entendimiento y
cooperación que faciliten y promuevan el desarrollo personal y eleven la
calidad de vida de cada una de las personas que la integran.
Las
siguientes orientaciones ayudarán a rescatar la familia como un lugar para
vivir mejor, y a la vez convertirla en una alternativa para disfrutar, encontrar
tranquilidad, comprensión y ternura.
1. Tener fe en que la familia es un
proyecto, posible, legítimo y bondadoso, en el que todos los miembros podemos
aportar.
2. Pasar más tiempo efectivo en
familia, jugar con los niños, compartir la mesa, conocer a los hijos.
3. Confiar en nuestras capacidades
y retomar nuestro lugar y compromiso como padres.
4. Brindar
a los hijos el afecto, la
protección y la tranquilidad emocional que necesitan para sentirse seguros y
confiados.
5. Mejorar la comunicación. Conversar
con los hijos, escuchar lo que dicen, darle importancia a lo que piensan y
sienten.
6. Ejercer autoridad con
sensibilidad, firmeza, respeto y justicia.
7. Vencer el estrés, fortalecer la
paciencia, la tolerancia y la comprensión.
8. Crear expectativas positivas
respecto al futuro y transmitir a los hijos la alegría de vivir.
9. Conocer y revisar
frecuentemente nuestros comportamientos como padres para ser un modelo digno de
imitar.
10.
Definir los valores que se desea trasmitir y las reglas que van a permitir
fortalecer estos principios.
11. Fortalecer la vida espiritual para trasmitir a los
hijos un sentido de vida.
12. Promover la expresión positiva
de sentimientos.
13.
Disfrutar muchos momentos amables, afectuosos y entrañables al calor del
hogar.
Este articulo fue realizado gracias a inteligenciafamiliar.com. Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
TREMENDA FORMULA DE VIDA FAMILIAR...GRACIAS POR TUS CONSEJOS!EXCELENTE...
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