Educar sin gritos
Ser un padre dispuesto a educar sin gritos es un
reto que no solo beneficiará a tu hijo, quien crecerá en un hogar donde se
sentirá amado, motivado y concentrado sino también a ti que podrás comunicarte
efectivamente con tus hijos, lo cual te ayuda a lograr alimentar una relación
de amor con tu hijo basada en el respeto; un tipo de lazo que no se suele
romper con el tiempo.
Para educar sin gritos es necesario hacer un
esfuerzo por dejar en el pasado el estilo de crianza que muchos adultos de hoy
recibimos, según explica en un artículo Tania García, experta en Educación
Respetuosa y asesora familiar, quien nos aconseja aprender herramientas para
alcanzar este reto que supone cambios profundos en nuestra manera de actuar.
El esfuerzo valdrá la pena porque puedes establecer
un modelo de comunicación y crianza que se base en la confianza, la serenidad y
el bienestar emocional de padres e hijos.
¿En mi casa se grita a menudo?
Debemos reflexionar por qué gritamos. ¿Nos
desesperamos rápido o nos ponemos nerviosos? Lo cual nos pasa a todos. Sin
embargo, según García, educar con gritos, no es más que un sistema fácil y
cómodo al que recurren los padres. Es decir, «como no tienen otras
herramientas, deciden hacer uso de aquello que han conocido cuando ellos eran
pequeños, aunque no se sientan bien llevándolo a cabo».
Lo peor es que cada vez más hogares del mundo se
están llenando de familias que han dejado de hablarse para solo gritarse
constantemente. Lo más grave de este tipo de situaciones es que ninguna persona logra un efecto positivo en otra,
cuando la trata a gritos.
Hay estudios psicológicos que demuestran que nadie
quiere escuchar a alguien que siempre está gritando. Parece que cuando eso
sucede de manera automática el oído de quien escucha los gritos se cierra. A
nadie le gusta ser el papá o la mamá que grita. Ser una persona que solo logra
resolver los conflictos o diferencias a gritos es terrible, pero abundan muchas
personas así.
Muchas ya olvidaron que hay otras maneras de
resolver las cosas, que se puede conversar y también se puede negociar. Solo
hay que aprender algunas claves para aprender a corregir sin gritar:
Claves para corregir sin gritos
Intenta
ver las situaciones desde la perspectiva de tu hijo: Muchos padres olvidan que
sus hijos ven las situaciones de manera distinta a cómo las suelen ver los
adultos. Razonan de manera diferente porque simplemente son niños y a su edad
les cuesta ver más allá, pensar en las consecuencias de sus actos.
A veces, lo que a un padre le parece una falta a
grave (como no ordenar la habitación o no hacer la tarea porque siente que ya
se sabe la lección de la clase y simplemente prefiere jugar) no es tan grave desde
la perspectiva del niño. Los niños ven en cada circunstancia una oportunidad
para jugar, para tener tiempo libre y olvidarse de las obligaciones. Por eso,
antes de actuar o de reaccionar bruscamente ante la queja de una maestra o una
situación incómoda trata de darle a tu hijo, al menos, la oportunidad de
defenderse y de explicar qué pasó.
Escucha a
tu hijo de manera activa: Existen muchos padres que ni siquiera se molestan en
preguntarle a sus hijos qué pasó, cuando están metidos en un conflicto. muchas
veces los juzgan a priori y hasta los condenan sin darles oportunidad de
explicarse. Los niños siempre tienen un motivo por el que hacen las cosas, por
lo que es bueno enterarse por qué hicieron lo que hicieron y de manera calmada
corregirlo.
Reflexiona:
Cuando hayas analizado la explicación que tu hijo te dio sobre lo que hizo o
dejó de hacer, respira de nuevo y reflexiona sobre lo ocurrido: Si no es tan
grave déjalo tranquilo; y sí lo es habla con él de manera calmada. Este
ambiente te ayudará a generar empatía con él y a buscar una manera de remediar
la situación de manera sencilla. Será más fácil para ti conseguir que te
obedezca si le explicas el porqué de las cosas sin que eso signifique gritarle.
Si conversan al menos se escucharán, lograrán entenderse y llegar a un acuerdo.
Habla con
tu hijo constantemente: Hablar con tu hijo de manera sosegada es una de las
mejores herramientas para educarlo. Cuando hables con él, míralo a los ojos y
usa un tono de voz sereno, trata de comprenderlo y de explicarle qué esperas de
él sin amenazarlo ni asustarlo. Eso marcará la diferencia entre un niño que
actúa de manera consciente a uno que actúa por miedo.
Si te
equivocaste, ofrécele disculpas: En muchas ocasiones los padres ofendemos a
nuestros hijos sin querer. Todos lo hacemos, pero así como también es cierto
que en muchas oportunidades cuando ellos lo hacen –con su hermano o algún
familiar- les pedimos que se disculpen con ese tercero, pero nosotros no lo
hacemos con regularidad. La mejor herramienta para criar a tu hijo es darle tu
ejemplo. Si te equivocaste, si lo juzgaste mal, si le gritaste: Discúlpate y
trata de cambiar tu manera de actuar, eso ayudará a que la relación vaya
creciendo en el terrero de la confianza.
Este articulo fue realizado gracias a eresmama.com Si deseas seguir leyendo artículos de tu interés sigue explorando el sitio.
ES LA MEJOR FORMA DE TENER UNA BUENA RELACIÓN CON NUESTROS HIJOS.GRACIAS!
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